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Manteniendo viva tu pasión por el evangelismo

He decidido republicar algunos tips para mantener viva tu pasión por el evangelismo. Estos fueron publicados originalmente en 15 Maneras para mantener viva tu pasión por el evangelismo pero vale la pena repetirlos.

  1. Mantén tu relación con Dios fuerte.
  2. Lee la Escrituras, medita en ellas durante el día.                                                                       
  3. Disfruta al notar la actividad de Dios a tu alrededor.
  4. Cuéntale regularmente a los demás sobre el obrar de Dios en tu vida.
  5. Involúcrate en conversaciones evangelísticas  regularmente.
  6. Revísalas como parte de tu vida devocional.
  7. Lee libros sobre evangelismo.
  8. Lee y comenta en blogs de evangelismo.
  9. Participara en la actividad evangelista de tu iglesia local.
  10. Comparte historias de evangelismo con otros.
  11. Únete a un grupo de entrenamiento de evangelismo que se reúna regularmente a repasar las conversaciones.
  12. Adora profundamente.
  13. Ora regularmente.
  14. Reconoce alas personas a tu alrededor y ora por ellas.
  15. Practica el explicar el evangelio con claridad y simpleza.

 

Adapta tu estilo de evangelismo a tu personalidad

Recientemente, una pregunta ha estado dando vueltas en mi cabeza sobre “como compartir tu fe sin ser odioso.”

Creo que muchos han tenido experiencias de ser avergonzados por evangelistas que tergiversan a Jesús, como un predicador de campus universitario que llamó rameras a las mujeres en USF el mes pasado. (Foto de TampaBays10.com News)

O han tenido experiencia personal en ser el evangelista odioso.

¿Cuál es tu estilo de evangelismo?

En el libro, Becoming a Contagious Christian, (Conviértase en un Cristiano Contagioso), Bill Hybels y Mark Mittleberg señalan que hay una variedad de diferentes estilos evangelísticos.

–De Confrontación: Pedro, Hechos 2.

-Intelectual / Filosófico: Pablo, Hechos 17.

-Testimonial: El hombre ciego, Juan 9

-De Invitación: La mujer en el pozo, Juan 4

-Servicial: Dorcas (Tabita), Hechos 9:36ff

-Señales y prodigios: 1 Corintios 2:1-5

A esta lista yo le agregaría “Conversaciones oportunas,” basado en Felipe y el eunuco etíope. Algunas personas tienen el don de escuchar el llamado del Espíritu Santo e invitar a la gente a conversar.

Déjame preguntarte esto:

¿Qué estilo crees que concuerda con tu personalidad?

Compartiendo tu fe en el curso ordinario de la vida

Mientras estuve por Nicaragua, le pedí a mi buena amiga y hermana en Cristo, Susan Finck-Lockhart que escribiera un artículo para EvangelismoCoach. Susan y yo tenemos el privilegio de enseñar sobre el Evangelismo regularmente en varios talleres www.prmi.org a través del país. Conozco a Susan por más de 10 años y estoy agradecido de que nos haya dado este artículo.

Un cambio de paradigma

Luego de venir a la fe en Jesús durante mis años en la secundaria, absorbí el mensaje de que era mi responsabilidad “testificarle” a todos los que por casualidad estuvieran al lado mío — en el tren subterráneo, en la caja para pagar, o en la clase de Inglés.

Era mi responsabilidad determinar como testificarle al mayor número de gente posible.

Si no lo hacia, “ellos-podrían-estar-en-un-accidente-de-auto-y-morir-e-irse-al-infierno-y-sería-mi-culpa-porque-había-sido-muy-miedosa.”

Yo vivía con esa culpa residual después de cada conversación; cada encuentro con casi-desconocidos en la tienda o en el salón de belleza, en que no podía determinar como traer a Cristo a la conversación.

Recuerdo sentirme como un fracaso; como que no podía “hacer” evangelismo.

Algo cambió….

Algo cambió cuando hice mis prácticas de enseñanza a principio de los 80s en la Universidad de Texas en Austin.

Mi maestra supervisora, Helen (no es su nombre real), y yo en verdad congeniamos.

Ella era una mujer contra-cultura, amante de la tierra, de pensamiento abierto, cálida y encantadora, como 10 años mayor que yo. Era dueña de una casa con un hombre con quien no estaba casada. Ambas amábamos a los chicos a quienes enseñábamos, y nos encontrábamos intensamente inmersas en sus vidas.

Encontré que yo no quería “salvarla” ni “testificarle.” Me encontré intrigada por ella y queriendo ser su amiga.

No escondí mi participación con mi iglesia, pero ella no me hizo ninguna pregunta y yo no lo forzé. Almorzábamos juntas en el aula de clases. Ella me enseño sobre la enseñanza de la escritura; sobre como sacar palabras de las cabezas de los estudiantes de secundaria, como animarlos hacia la excelencia periodística y lingüística.

Ella me invitó a su casa a cenar. Hablamos sobre música, películas, y sobre los hombres. Me mostró su congeladora llena de mariguana, empaquetada ordenadamente en bolsitas. Yo estaba fascinada. Ella no podía creer que yo nunca hubiera visto mariguana empaquetada y congelada.

Presente en medio del dolor.

El teléfono timbró tarde una noche, y era Helen, sollozando. El hombre con el que vivía, su novio de nueve años, se había mudado. Vino con una camioneta U-Haul. Se llevó los muebles. Toda su ropa. Ella apenas podía hablar. Ella no había previsto esto.

“Helen — Quédate ahí. Voy para allá,” le dije.

Mientras iba hacia el Sur de Austin, me conmovió la situación de Helen. Me di cuenta de que ella no tenía ancla, base. Su novio había sido su mundo.

Me di cuenta de cuánto yo amaba a Jesús. Él era mi ancla, mi base, mi Señor, mi Mejor Amigo. Sin embargo, creo que Dios me dejó sentir lo que Helen estaría sintiendo. Mientras manejaba en la oscuridad, me di cuenta de lo mucho que quería que Helen conociera a Cristo.

Ella estaba en el jardín esperándome. Nos abrazamos, y ella temblaba en la oscuridad, sobrecogida por el dolor.

Por instinto yo supe que todo esto tenía que ver con Dios atrayendo a Helen hacia Jesús.

No recuerdo mucho de la conversación. Recuerdo el dolor que sentía por ella. Recuerdo ser conmovida por lo hondo de su desesperación. También recuerdo haberle dicho, “Helen, tengo que decirte algo. Necesito decirte que la gente siempre nos va a decepcionar. Siempre van a venir con sus Uhauls y se van a mudar; les va a dar cáncer y se van a morir; se van a cansar de nosotros y se van a alejar. Pero Helen, hay Una Persona que nunca nos va abandonar…”

Y luego le hablé sobre Cristo.

Ahí mismo en su jardín en frente de la casa que tenían juntos, con la mariguana en la congeladora.

Ella escuchó.

Tuve me primera probada de lo que es ser obediente a la iniciativa amorosa de Dios en la vida del aun-no-creyente. Amar a alguien como Jesús los puede amar.

Helen no “oró la oración” esa noche, ni durante el curso de nuestra amistad.

Pero confío en que Dios en su soberanía la traerá hacia Sí Mismo (Pueda que ya lo haya hecho.)

Han pasado 27 años desde esa noche.

Pero estoy agradecida con Helen — y eternamente agradecida con Jesús — por mostrarme como es participar con Èl en amar a la gente perdida y dejarle a Èl estar al mando de crear los momentos para hablar de fe.

Sobre Susan:

Susan actualmente sirve como madre a tiempo completo de cuatro adolescentes maravillosos, y pastora a medio tiempo de El Calvario Presbyterian Church en Waco, Texas. Adicionalmente, dirige retiros y conferencias para Presbyterian-Reformed Ministries, International (www.prmi.org), usualmente sobre Evangelismo y Cooperación con el Espíritu Santo. En su tiempo libre, le gusta correr, leer y  juntarse con sus amistades. Susan, su esposo Bill y los chicos participan activamente en Central Presbyterian Church, Waco.

20 Temores sobre el Evangelismo Personal

El evangelismo, por lo menos en mis círculos de influencia, parece ser una palabra temida. Cuando se menciona, algunas personas se sienten mareadas, se les paran los pelos de la nuca, la gente se quiere ir del cuarto en secreto.

En la noche de apertura de nuestra conferencia de Evangelismo de Escuchar, un participante en Michigan dijo simplemente “El evangelismo nos asusta.”

Por qué odio el Evangelismo

De un link vencido en este articulo de EvangelismCoach.org, encontré “Cinco razones por las que odio el Evangelismo.”

  1. Viola la regla de oro – la mayoría de Cristianos no quisiera ser abordado por un miembro de otro  grupo religioso en la manera en que los Cristianos abordan a otros en intentos evangelísticos.
  2. Pone en duda la autenticidad de las relaciones involucradas – ¿eres mi amigo porque en verdad eres mi amigo, o solo para poder convertirme?
  3. El momento de la verdad – pensamos que tenemos que identificar un punto de “no regreso” en el cual presionamos a alguien a tomar una decisión, y si no responden bien, eso pone en riesgo la relación.
  4. Preguntarle a alguien sobre el Evangelio se siente como propasarse con la persona.
  5. Si me caen bien mis amigos, y quiero que sigan siendo mis amigos, tengo un gran incentivo para NO intentar evangelizarlos.

 

20 Temores de Evangelismo

¡Estos estan basados mayormente en Emociones!

Nuestra carga emocional asociada con “Evangelismo” es probablemente nuestra mayor carga.

Intenta responder esta pregunta: “¿Qué piensas cuando escuchas la palabra Evangelismo?” (Reese, 11)

  • Puerta a puerta
  • Telepredicadores agresivos con peinados estrafalarios pidiendo dinero y empujando a la gente al piso.
  • ¿Qué significa “un mendigo diciéndole a otro dónde encontrar comida”?
  • Mi amigo ya era odioso diciéndome año tras año que yo necesitaba a Jesús.
  • Implica que otras religiones están equivocadas, que los Cristianos son mejores

Otras listas que he juntado a través de los años incluyen:

  • Temor al rechazo
  • El arruinarle el destino eterno a alguien es tu culpa.
  • Interrumpir la vida de alguien
  • Perder una amistad
  • Temor de ofender
  • Miedo de lo que otros piensen sobre ti.
  • Sentirse inadecuado
  • Ser percibido como arrogante
  • Miedo de tus propias debilidades, hipocresías, e incompetencias
  • Duda y no estar seguro sobre tus propias creencias.
  • Culpabilidad
  • Miedo a ser hipócrita.
  • Evangelismo al paso

Déjame preguntarte esto:

¿Qué piensas cuando escuchas la palabra Evangelismo?

Siéntete en confianza de dejarnos tus respuestas.

Dios— El evangelista

Nosotros no podemos causar, crear, ni traer resultados en el evangelismo.

El evangelismo es al final una actividad espiritual, y el fruto (esto es un discípulo) de nuestro trabajo es en verdad obra de Dios.

Podemos llorar por los perdidos, o trabajar en la oración, pero la salvación es en verdad un regalo de Dios.

Podemos compartir nuestra fe, entablar conversaciones espirituales, escuchar las preguntas, estar entusiasmados con Jesús, pero la otra persona sigue estando muerta en lo espiritual hasta que el Señor ocasiona un despertar en su alma.

Con razón el evangelismo puede parecerse a hablar con una pared de ladrillos.

Muerto es muerto.

Incapaz de dar respuesta.

Dios como evangelista: El Primer Buscador

Cuando Adán y Eva estaban desnudos y avergonzados, se escondieron de Dios.

Sin embargo, Dios los buscó. Dios fue en búsqueda de ellos.

Adán, ¿dónde estás?

La primera pregunta de las Escrituras.

Si revisas en Ezequiel 34:11, notarás todas las frases con “yo.”

Dios es el primer buscador.

Las parábolas de cosas perdidas de Jesús (ovejas perdidas, la moneda perdida, el hijo perdido) todas hablan del corazón del Padre por aquellos que están perdidos.

Dios va antes que nosotros – Dios ya está obrando

Dios ya esta testificándole a la gente.

La creación y la belleza testifican de su carácter (Romanos 1, Salmos 19.1-4).

Cuando muchas personas ven los paisajes hermosos, muchos se sienten espirituales—se dan cuenta de la bondad y el poder de Dios.

Dios ya esta obrando en la gente a quienes el esta atrayendo a sí Mismo.

Dios nos incluye en el proceso del Evangelismo.

¿No es esto gracia? Tenemos la oportunidad de ser incluidos en este trabajo de ayudar a la gente a encontrar la fe en Cristo.

Tenemos la oportunidad de orar —El evangelismo es un misterio que pasa en el Espíritu. Orar para que las vendas espirituales sean removidas.

Dios nos incluye en su Citas Divinas, Momentos Kairos. “Como el Señor le asignó a cada uno.” (1 Cor. 3.5).

Dios es responsable por los Resultados del Evangelismo

Dios es el que trae. (Juan 6:44).

Dios es quien regenera (Efesios 2).

Nosotros simplemente permanecemos fieles en compartir nuestra fe y confiando en Dios por los resultados.

Nuestro Dios es el supremo evangelista.

 

 

Obligado a compartir

Pablo escribe: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Co. 9.16)

Obligado: ¿Tengo que hacerlo?

He visto personas escribir sobre este versículo como si ser testigo es una necesidad, como si es una obligación. Como somos Cristianos estamos obligados a compartir. Dios lo requiere de nosotros. Estamos obligados a hacerlo.

La connotación muchas veces es negativa.

Pienso en un dictador obligando a la gente a estar de acuerdo con él. No importa lo que tú pienses, debes hacerlo.

Pienso en un padre obligando a su niño/a a limpiar su cuarto. El niño/a no quiere hacerlo, pero eventualmente dobla la voluntad y accede a regañadientes.

La asociación es que tenemos que hacer evangelismo porque Dios lo requiere de nosotros.

Por un lado, el evangelismo es el deber y obligación de un Cristiano. Pero ¿deberíamos cumplir nuestra obligación porque TENEMOS QUE HACERLO o porque QUEREMOS HACERLO?

Obligado: Quiero hacerlo.

Creo que hay una diferencia en el sentido de la palabra “obligado.”

Algo que he notado a través de mi vida Cristiana, es que mientras mas vibrante es mi relación con Jesús, mas vibrante y expresivo es mi evangelismo.

Del desbordamiento de mi corazón habla mi boca. El evangelismo — compartir las buenas noticias — simplemente se sale de mi. No es algo por hacer. Es parte de quien yo soy. Soy un testigo. Estoy entusiasmado con lo que Dios esta haciendo en mi vida, y me entusiasma compartir.

Estoy obligado a compartir porque estoy profundamente agradecido por lo que Dios ha hecho por mi.

No puedo evitar hablar sobre la actividad de Dios en mi vida.

Se vuelve fácil invitar a otros a que  “Vengan y vean.” Se vuelve fácil señalar la actividad de Dios en mi vida. Se vuelve fácil hablar sobre mi fe en conversaciones respetuosas con mis amistades que no siguen a Jesús.

Habla Griega: una necesidad divina

La palabra Griega traducida “obligar” tiene un rango amplio de significados encontrados en NT, incluyendo el significado de coacción.

Pero en este versículo, es una necesidad divinamente ordenada en los propósitos de Dios. Es una acción de nuestro libre albedrio que no podemos evitar hacer. Por el llamado puesto en Pablo, él no podía evitar predicar el evangelio. El deseo de su corazón es tan fuerte que de su desbordamiento, el habla libremente.

Déjame preguntarte esto:

¿Qué sientes cuando lees la línea de Pablo en 1 Co. 9.16? ¿Qué tan vibrante es tu relación con Cristo?

 

Empezando a compartir tu fe

Estuve leyendo un tema en el Foro Bíblico al que pertenezco, y me encontré un gran artículo que respondía la pregunta

¿Cómo empiezas a testificarle a alguien?

Es una estupenda pregunta.

Yo he sido Cristiano por casi 20 años y el testificar simplemente se me hace natural.

Es un desbordamiento de mi corazón, me siento obligado a compartir mi fe—tengo una vibrante relación con Cristo y eso rebosa de mi.

Pero, ¿cómo empieza uno a testificarle a alguien cuando se es un Cristiano nuevo?

Aquí esta una lista parcial con algunas de las respuestas:

  1. Déjales saber que eres cristiano. (2 Corintios 3.2)
  2. Siéntete libre de culpa ya que eres Embajador de Cristo (2 Pedro 3.14)
  3. Ora por oportunidades (1 Ts. 5.17 y 1 Pedro 3.15)

 

A esa lista le agregaría lo siguiente:

  1. Nota cuando el Espíritu Santo “te subraya” el momento para una conversación.

El notar cuando Dios te apunta hacia una conversación es una habilidad que es aprendida según creces en tu relación con Cristo. No hay ningún guión para eso.

Déjame preguntarte esto:

¿Has desarrollado el arte de notar a quienes Dios te esta señalando?

DOLORES del evangelismo

En un artículo que leí en el blog de Mark Robert sobre la vida en misiones, esta lo siguiente:

P: “Aunque hablas sobre ‘solo ser honesto,’ no me siento cómodo con la idea de compartir mi fe con otros. ¿Qué me sugerirías para empezar?”

Años atrás alguien me confesó, “El evangelismo es una molestia. Solo me hace sentir culpable. Desearía no tener que pensar en ello.” Mientras reflexionaba sobre su confesión, armé un modelo simple para empezar a compartir a Cristo. Yo llamé las “MOLESTIAS del Evangelismo.” (PAINS siglas en ingles).

Oración (Prayer). Como el evangelismo es principalmente obra de Dios, empieza orando. Confiésale tus dudas y temores a Dios. Pídele que te de valentía. Pídele una puerta bien abierta para compartir tu fe con alguien. Ora por aquellos en tu vida que no conocen al Señor…

Disponibilidad (Availability). Si estas disponible, Dios te va a usar. Mientras oras dile al Señor que estas abierto a ser usado para compartir las buenas nuevas. Luego, mientras haces tus cosas cotidianas, permanece disponible. Dios a veces te va a dar una oportunidad para compartir cuando menos lo esperas.

Invitación (Invitation). ¡No entres en pánico! . . . Te estoy animando a que invites a la gente a reuniones en donde escucharan las buenas nuevas . . . . . Y he visto muchos Cristianos con la lengua trabada simplemente invitar a ese amigo a un lugar en donde alguien mas habla sobre Jesús.

Vecindad (Neighborliness). Las Escrituras te dicen que ames a tu vecino como a ti mismo. Si mantienes eso en mente, Dios va a abrir oportunidades para que hables fácilmente sobre Jesús. Además, tu amor va a preparar el camino para que ellos escuchen más abiertamente lo que tienes para decirles.

Compartir (Sharing). Cuando Dios abre una puerta, pasa por ella. De una manera honesta y humilde, simplemente comparte con la gente tu fe en Cristo. No tienes que predicar. No tienes que fingir ser el Hombre Respuesta de la Biblia. Simplemente explica lo que Jesús significa para ti y como te ha permitido reconciliarte con Dios. Mientras compartes, el Espíritu te ayudará.

Yo creo que este es un genial ACRÓNIMO para considerar como recordatorio para mantener vivo nuestro fuego evangelístico.

Estoy cada vez más convencido de que el evangelismo personal es alimentado por la oración. La oración no solo prepara el camino, sino que también te prepara para el trabajo evangelístico.

Déjame preguntarte esto:

¿A quienes conoces que están separados de Dios, por quienes puedes orar ahora mismo? Pasa unos minutos antes de dejar este artículo y ora.

Oracion y Evangelismo

¿Cómo puedo orar por la labor de evangelismo?

Orar por ti mismo:

Jimmy Kinnaird ha desarrollado un útil acróstico llamado “BOLDNESS” (AUDACIA) para ayudarte a prepararte a ti mismo en oración. Este es un genial acrónimo y una útil estructura.

Aquí están algunas de las cosas por las que oro:

  • Para vivir una vida consistente, santa y atractiva
  • Para ser autentico y honesto mientras me enfrento a los altibajos de la vida
  • Para agilizar mis habilidades como evangelista
  • Para tener la audacia y el coraje apropiado
  • Para tener los ojos para ver las oportunidades y abrir puertas para la conversación
  • Para tener conversaciones con la gente frecuentemente
  • Para saborear el “Corazón del Padre” por la gente que no Le conoce.

Orar por otros:

Para empezar, tengo una lista de nombres de gente por quienes oro regularmente. El usar nombres trae a la mente las caras de las personas que conozco y amo y que están separados del  extravagante amor de Cristo. Esto mueve el asunte de un nebuloso “ellos” a mis amigos—es personal.

Jimmy Kinnaird ha compartido otro útil acróstico llamado “HEART” (CORAZON) para ayudarte a orar por tus amigos.

Aquí está por lo que oro:

  • Para que se revele a si Mismo y atraiga a mis amigos a si Mismo.
  • Para que le abra los ojos para ver el vacío en la vida sin Él
  • Para que le abra los ojos para que vean su necesidad de perdón, para quitar la confusión de su mente, para captar el significado de la cruz
  • Para que me ayude a ver lo que Él esta haciendo en sus vidas
  • Para escuchar de Dios sobre como entablar conversación con ellos— a veces Dios comparte algo de información.

Déjame preguntarte esto:

Toma un momento, anota los nombres de la gente que amas que no conoce a Cristo. Pasa tiempo cada día esta semana orando por ellos.

 

15 Maneras para mantener viva tu pasión por el evangelismo

No soy el primero en señalar esto, pero he escuchado la expresión: “La marea  alta levanta todos los botes.”

Quizás la has escuchado también. Quizás es un cliché nada de moda.

Pero, cuando una persona esta emocionada sobre el evangelismo, y  lo esta haciendo, compartiendo sus experiencias, y reflexiones, otras personas agarran la idea de que quizás “Yo puedo hacer esto también.”

Cuando estás haciendo que la marea evangelística se levante, los demás también se levantarán y harán evangelismo.

Si tú mantienes tu pasión por el evangelismo alta, la de los demás también va a incrementar.

La pasión se desborda.

Cuando yo predicaba cada Domingo, siempre tenía una nueva historia sobre el evangelismo — un libro que estaba leyendo, una conversación que tuve, una oración que hice con alguien.

La gente a mí alrededor se empezó a sentir más cómoda con hacer evangelismo, y dentro de unos cuantos meses, la gente me comentaba sus propias historias de conversaciones.

Ahí fue donde aprendí a amar el coaching/entrenamiento para evangelismo.

El preguntarle a la gente que recordara la conversación, que la explorara un poco más, que pensara sobre como hacer la conversación diferente la próxima vez que surgiera un tema similar— así como el descifrar una conversación de evangelismo.

Hacer preguntas para agudizar las habilidades.

Mientras que mi temperatura evangelística estaba caliente, la gente a mí alrededor se entusiasmaba con el evangelismo.

15 maneras de seguir encendiendo la pasión por el evangelismo

¿Cómo se mantiene la pasión por el evangelio?

  1. Mantén tu relación con Dios fuerte.
  2. Lee la Escrituras, medita en ellas durante el día.
  3. Disfruta al notar la actividad de Dios a tu alrededor.
  4. Cuéntale regularmente a los demás sobre el obrar de Dios en tu vida.
  5. Involúcrate en conversaciones evangelísticas regularmente.
  6. Revísalas como parte de tu vida devocional.
  7. Lee libros sobre evangelismo.
  8. Lee y comenta en blogs de evangelismo.
  9. Participara en la actividad evangelista de tu iglesia local.
  10. Comparte historias de evangelismo con otros.
  11. Únete a un grupo de entrenamiento de evangelismo que se reúna regularmente a repasar las conversaciones.
  12. Adora profundamente.
  13. Ora regularmente.
  14. Reconoce alas personas a tu alrededor y ora por ellas.
  15. Practica el explicar el evangelio con claridad y simpleza.

 

Déjame preguntarte esto:

¿Qué le agregarías a esta lista?

Siguiente paso

Si deseas ayuda personalizada en evangelismo personal por los siguientes 60 días, yo proveo un servicio de tele-coaching de cuatro llamadas durante un periodo de 60 días.

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